Representantes
de varias ONGs internacionales han salido a denunciar los recientes e ilógicos recortes de la ayuda internacional a los
estados en vías de desarrollo. A
raíz de la crisis que atraviesan varios estados Europeos, una de las medidas
que se están tomando es el recorte de gastos en cooperación para el desarrollo.
Medidas que podrían llegar a ser comprensibles si no fuera porque éstos
recortes representan un ínfimo porcentaje en el total de presupuesto, algunos
ironizan afirmando: “es
como cortarse el pero para bajar de peso” .
Lo
que genera aún más perplejidad es que algunos Estados inflan sus números para
que no se note que los compromisos asumidos no se están cumpliendo. El último
reporte de OCDE documenta ésta afirmación, señalando voces “extrañas” en los
presupuestos para el desarrollo. Los
datos sobre la Ayuda Pública que difundió OCDE demuestran que algunos países
inflan los números acreditando cancelaciones de deuda, o fondos para la acogida
de refugiados.
También
las cifras difundidas muestran como la ayuda de los países industrializados del
2010 al 2011 ha disminuido 3.4 millones de dólares, del 0.32% del PBI al 0.31%.
Más allá de las cifra, que significa una pequeña reducción 0.01%, comporta graves
consecuencias, varios millones de niños
y niñas de los países más pobres no accederán a medicamentos que pueden salvar
sus vidas y que otros no podrán asistir a la escuela.
Otras
cifras demuestran que, a este paso, la meta del 0,7% del PBI fijada para el 2015 para la cooperaciónal desarrollo será recién alcanzada dentro de 50 años. Los recortes más importantes
los han hecho Grecia y España, seguidos por Austria, Bélgica y Canadá, por
último países como Holanda que supera el 0,7% hoy lo está discutiendo, y es
noticia. Por otra parte hay países que mantienen su compromiso como Noruega,
Dinamarca y Luxemburgo, y otros que van en aumento como ser Alemania, Australia
y Suiza.
Más
allá de la deshonrosa situación. No sólo es difícil compartir el tipo de
decisiones que se están tomando, sino los parámetros que son utilizados para
tomar esas decisiones. Es importante cuestionarse el uso de algunos
instrumentos de medida, ¿será que miden bien lo que realmente quieren medir?,
¿cuáles son los elementos que toman en cuenta para construir algunos índices?
Por ejemplo el IDH (índice de desarrollo
humano) recientemente ha sido ajustado a la desigualdad, o a cuestiones como el
género, por ejemplo.
Cabe
profundizar sobre cuáles son los parámetros de referencia con los que se toman
este tipo de decisiones. Ya lo denunciaba Robert Kennedy hace ya
varios años, el PBI mide la producción de muchos aspectos que poco tienen que
ver con desarrollo (la producción de armas, la construcción de cárceles) y no
mide la calidad en salud o educación. Y es éste, justamente el parámetro por el
cual se hacen cálculos de cuanta ayuda se puede dar o recibir. Porque no
proponer, medir la producción de cualidades de la calidad de vida que debieran
ser tomadas en cuenta para calcular PBI, como la calidad educativa o los
servicios en salud? Esta puede ser una forma concreta para trabajar sobre las
verdaderas asimetrías y no sobre números inflables y des-inflables según la
conveniencia de quién los construye.
Este
tipo de noticias nos cuestionan bastante con respecto al camino que se pueda
transitar en el futuro. Una medida interesante que se viene discutiendo hace un
tiempo, es la posibilidad e imponer una tasa a las transacciones financieras
(Ttf), un moderno reflote de una iniciativa de larga data, la famosa Tasa Tobin de los ‘70. Un
modo de sacarle jugo a la especulación financiera, no sólo para algunos muy pocos, sino también para el
desarrollo de muchos.
La Crisis Europea y las medidas que se están
llevando a cabo, más allá de indignarnos, debieran interpelar también a los estados
demandantes de ayuda, así como también dar un fruto concreto en nuestras
decisiones cotidianas. Del mismo modo que es importante reflexionar y
profundizar en los parámetros de medida. También en la gestión social es
importante ser serios a la hora de planificar presupuestos y administrar bien
los recursos. ¿Dónde debemos poner el acento? ¿En los balances o en las
situaciones concretas? De ahí la importancia en la trasparencia en el uso de
los fondos y manejo de recursos. La
Cooperación internacional está compuesta por países, organismos u organizaciones
de la sociedad civil. La transparencia y la confianza son tan fundamentales como
los recursos para que la cooperación, coopere efectivamente al desarrollo.
La
redistribución de la riqueza es un serio compromiso y siempre exigirá que
algunos se priven de ciertos gustos en pos de que alguien pueda tener la
oportunidad de una vida más digna. Y el compromiso para el desarrollo es de
TODOS, de quienes están más desarrollados, de quienes lo estamos medianamente y
de los que menos lo están.
Cómo
decía Albert Einstein: “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos
lo mismo” …. Y que tal vez hoy podría agregar, si también siempre
medimos y pedimos lo mismo.
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