Nos interesa conjugar la lectura
de éste libro con el concepto de democracia. Cuáles son los efectos de la
acción política fraterna en la calidad de la democracia.
El concepto de democracia se ha
ido enriqueciendo lo largo de los años, fruto de su aplicación en diferentes
contextos. Las diferentes prácticas democráticas han agregado condimentos,
ingredientes al “poder del pueblo”, hay quienes dan valor a la representatividad o
la delegación del poder, a la participación, a la deliberación, o a que tan
cerca o no están las personas de la toma de decisiones (directa e indirecta). ¿Estamos
en condiciones de decir que una democracia es mejor que otra?
¿Qué es lo que agrega la acción
política fraterna a la democracia? De las experiencias que detalla éste libro
un primer resultado es que se produce un importante encuentro entre la
administración pública, la comunidad y entre partidos. Con el propósito de
transformar el conflicto en diálogo, dar voz a quien no la tiene, privilegiar
lo que nos une a lo que nos separa, poner en primer lugar a los últimos, en
definitiva, no se hace más que trabajar en la relación elector y elegido. Con
formas innovadoras se crean espacios de diálogo, encuentro, participación,
dónde no sólo se fortalece ésta relación sino que principalmente se recrea la
comunidad. Logrando también una mejor relación entre oficialismo y oposición,
abriendo el debate y el diálogo en la búsqueda del bien común, mejorando
incluso la calidad de las instituciones.
Por lo tanto se convierte en una
fuente de innovación en materia de políticas públicas, presupuestos
participativos, seguridad ciudadana comunitaria, educación comunitaria, etc.
Fruto del libre debate de ideas, el diálogo es el método fundamental para poder poner en
práctica la acción fraterna, y quienes se inspiran en el paradigma de la
fraternidad en política, privilegian justamente éstos espacios dónde importa la
opinión de TODOS no importa el partido del cual provenga. Casi que por reflejo viene una pregunta: ¿no
existen ya estos espacios dónde dialogar? Y si, el parlamento, el consejo
deliberante, el gabinete, etc. son los lugares por naturaleza de la democracia.
No cabe duda que espacios no faltan, tal vez lo que la acción fraterna en
política suma a éstos espacios, y éste libro lo evidencia son aquellos políticos y ciudadanos fraternos que
sustancian la vida democrática, porque poniendo en primer lugar el otro son
especialistas del diálogo, constructores de más y mejor democracia.
¿Serán éstas experiencias el
humus de una nueva democracia?
Fuente: Editorial Ciudad Nueva
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