miércoles, 23 de noviembre de 2011

Andrea Riccardi: Ministro para la Cooperación Internacional


Si la buena noticia de las dimisiones de silvio berlusconi de primer ministro italiano fuera una torta, el nombramiento del Dr. Andrea Riccardi como Ministro sin cartera para la Cooperación Internacional y la Integración, decidido por el nuevo jefe de gobierno, sería una cereza bastante gustosa.

Andrea Riccardi es el conocido fundador de la Comunidad de San Egidio, docente universitario de historia y autor de numerosos libros, nombrado en el 2003 por la revista Time entre los “héroes de Europa” por su compromiso humanitario; también se le han asignado premios internacionales y títulos de estudio honoris causa. Lo esperan desafíos no indiferentes, entre ellos sentar los cimientos de una nueva identidad para la cooperación italiana al desarrollo, una de las víctimas predestinadas de la política exterior berlusconiana, como ya reporté en este blog hace unos días. No se trataría solamente de aumentar los fondos disponibles, sino recuperar mayor autonomía del Ministerio de Asuntos Exteriores, sobre el modelo de países con mayor trayectoria en este ámbito como Francia, España, Reino Unido.
Sólo el tiempo dirá si ha sido oportuno que Riccardi aceptara el cargo, vistas otras ocasiones en las cuales el mundo político se aprovechó del tercer sector para simples soluciones de fachada. Creo que no estaría demás sostener su compromiso con nuestra oración. De todos modos, por el momento, me parece importante destacar la relevancia de este nombramiento: San Egidio, de hecho, se ha ido caracterizando en el tiempo no solamente por su compromiso humanitario a lado de los más vulnerables, sino por su capacidad de fomentar el diálogo y “construir consenso” tanto en ámbito interreligioso como político, incluso en situaciones altamente conflictivas. Está demás decir que el construir consenso en uno de los ejes temáticos más relevantes para la cooperación al desarrollo actual, por la simple razón que hace más duraderas y sustentables las metas alcanzadas.
Si aceptamos el postulado que el mundo político debería expresar lo mejor que una sociedad pueda producir, no tanto individualmente sino en términos de capacidad de “agregar acciones” difícilmente Mario Monti hubiera podido encontrar en Italia alguien más apto que Riccardi para coordinar este Ministerio recién conformado.

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