El
manual de autoevaluación (disponible
haciendo clic aquí) es un instrumento que permite a cualquier
organización de la sociedad civil, por sí misma, valorar su grado
de cumplimento con los estándares de Transparencia y
Rendición de Cuentas adoptados en el marco de la Iniciativa
Regional de la Sociedad Civil Rendir Cuentas, en función de la
calidad y pro-actividad de la información que entrega el público.
Esta valoración se realiza con un conjunto de indicadores que se
consideran de mayor o menor importancia, la cual está reflejada de
manera precisa en la ponderación numérica asignada a cada
indicador. Al aplicar el conjunto de indicadores, la
organización obtiene un puntaje total.
Lo
interesante es que los indicadores han sido construido colectivamente
gracias a los aportes de unas 600 organizaciones, de varios países y
de distinto tamaño, para que resultara útil también a entidades
que no poseen un desarrollo institucional muy complejo.
El
ejercicio preve indicadores básicos y esenciales, más algunos que
son sugeridos, y otros que son deseables. Esto se debe a que no todos
los indicadores tienen la misma relevancia; y por otro lado, también
hay que ser conscientes de que se necesita tiempo para que la
organización logre adquirir familiaridad con ciertos requisitos. De
hecho, reiteramos una vez más, no se trata de simples
procedimientos, sino de un auténtico cambio de mentalidad, o, para
ser más precisos, de un cambio de cultura institucional. Puede
parecer engorroso, pero los primeros que se benefician del cambio son
justamente los que lo realizan, porque aprovechan de una mayor
sistematicidad en su labor diaria y a lo largo experimentan un ahorro
de tiempo.
En
esta tabla, colocamos un ejemplo de las preguntas. Notarán
que para cada pregunta existen tres grados de respuesta:
- La existencia explícita de la información que se pregunta, por ejemplo el resumen de los objetivos de la organización durante 2 años;
- La existencia de un medio de verificación objetivo que permita a cualquiera comprobar la existencia de este material (por ejemplo, un texto escrito o un recurso audiovisual);
- La existencia de mecanismos de acceso a través de canales como una página web, una visita a la sede de la organización, etc.
De
esta manera, las organizaciones pueden confrontarse con un “deber
ser” bastante exigente, que realmente puede ofrecer pistas ciertas
sobre el lugar en el cual se encuentra la organización y el camino
que le falta por recorrer.
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